martes, 9 de diciembre de 2008

El corazón

El corazón es un órgano hueco, del tamaño del puño y forma de pera, mide 12,5 centímetros de longitud y pesa aproximadamente 450 gramos. Es la central de control de todo el sistema circulatorio, que actúa como una bomba e impulsa la sangre por todo el organismo.
Este se encuentra situado en la cavidad torácica (interior del tórax), entre ambos pulmones. Está formado por una membrana interna llamada endocardio, una intermedia y más voluminosa que es el miocardio, y por el pericardio, que es la capa más extensa que envuelve el corazón completamente. El corazón late unas setenta veces por minuto y bombea todos los días unos 10.000 litros de sangre.

Partes del Corazón
El corazón está dividido en dos mitades, que no se comunican entre sí: una derecha y otra izquierda. La mitad derecha siempre contiene sangre pobre en oxígeno, mientras que la mitad izquierda del corazón siempre posee sangre rica en oxígeno. El corazón presenta cuatro cavidades: dos superiores, las aurículas, y dos inferiores, los ventrículos.

Funcionamiento del corazón

El corazón no descansa nunca. Día y noche podemos sentir sus palpitaciones o latidos. El corazón realiza dos movimientos: uno de contracción llamado sístole (para impulsar la sangre y lograr que ésta llegue a todos los rincones del cuerpo), y otro de dilatación llamado diástole (cuando se releja vuelve a llenarse de sangre).
Pero la sístole y la diástole no se realizan a la vez en todo el corazón, se distinguen tres tiempos:


  • Sístole auricular: se contraen las aurículas y la sangre pasa a los ventrículos que estaban vacíos.

  • Sístole ventricular: los ventrículos se contraen y la sangre que no puede volver a las aurículas por haberse cerrado las válvulas de comunicación con ellas, sale por las arterias pulmonares y aorta. Estas también tienen, al principio, sus válvulas llamadas válvulas sigmoideas, que evitan el reflujo de la sangre.
  • Diástole general: Las aurículas y los ventrículos se dilatan, al relajarse la musculatura y la sangre entra de nuevo a las aurículas.
Los golpes que se producen en la contracción de los ventrículos originan los latidos, que en el hombre oscilan entre 70 y 80 latidos por minuto.
El corazón es un músculo muy especial, puesto que late sin necesidad de que sea el cerebro quien le envíe la orden precisa de que lo haga. Además adaptará siempre su movimiento a las necesidades del organismo: si corremos o saltamos, irá más deprisa; si dormimos, latirá lentamente.

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